Mi compañero el Pizarra

//Ejercicio de escritura creativa cuya idea era crear una historia basada en el haber escuchado mal una palabra. En mi caso decidí basarlo en un amigo mío que se apellida Pizarro, cuyo nombre una vez escuché como pizarra. Tener en cuenta que este texto fue escrito rápidamente en alrededor de unos 15 minutos y luego transcrito a digital.

El primer día de clases, me sorprendió la noticia de que teníamos un compañero nuevo en el curso, “El Pizarra”. Al oír su nombre, asumí que se debía tratar de un apellido extraño. Sin embargo, al llegar a mi asiento me topé con mi nuevo compañero, el cual era, literalmente, una pizarra con ruedas, ojos y boca.

Pizarra ocupaba una ancha porción de la mesa y quedaba tapando el pasillo entre las mesas, yo, quedaba al lado de la ventana. Eventualmente, los compañeros simplemente aceptaron que el pasillo a la izquierda de la sala, hacia la mesa del profesor, estaba inhabilitado. Esto también tuvo sus beneficios inesperados, puesto que, cuando llegaba la hora de que se formase la fila para entregar la tarea al profesor, no se generaba confusión respecto a la orientación de la fila; evitando altercados entre los alumnos.

La primera vez que hablé con el Pizarra, descubrí que su voz era cómo el sonido de un plumón contra una pizarra, por lo tanto, un poco similar al sonido de una ardilla. Le pregunté que cómo escribía sin brazos, a lo que respondió que usaba poderes telequinéticos, justo antes de alzar su celular, demostrando su habilidad. Lo demás que supe respecto al pizarra fue mediante mirar de reojo su celular mientras lo usaba. Descubrí que el Pizarra era muy fan del deporte y los vaqueros. También, una vez abrió su aplicación de banco, revelando un capital de nueve cifras sobre el que no pude evitar preguntar. El me contó que tenía inversiones en no-se-que cosas que no llegué a comprender del todo, y que además él actuaba de pizarra en todas las películas.

Desde entonces entablamos más conversación y eventualmente intercambiamos redes sociales. Ahí descubrí que él, además de gran fanático del boxeo, también, lo practicaba (De algún modo) y era sumamente exitoso en la escena competitiva. Desde entonces supe que si Pizarra quisiera asesinarme, definitivamente tenía la capacidad. Menos mal que, Pizarra era un hombre puro y de bien, con sabiduría más allá de sus años de vida. Muchas veces en clases la pizarra de la sala frustraba a los profesores puesto que estaba manchada y reseca, en estos instantes, Pizarra siempre se ofrecía, estilo mártir, a entregar su cuerpo para la realización de complejas ecuaciones matemáticas. Pizarra no era popular ni hablador, pero silenciosamente respetado por todos sus pares.

Una vez, Pizarra se enfermó y empezó a presentar severos dolores de cabeza acompañados de desmayos. Puesto a qué su forma física le evitaba caerse, era difícil percibir cuando estaba desmayado y cuando no. Solo se sabía cuando esté paraba de anotar ejercicios matemáticos en su cuaderno. Cómo su compañero de puesto, en estás instancias era mi responsabilidad llevarlo a enfermería, dónde le pasaban un paño mojado con un poco de alcohol por su superficie y eventualmente volvía en sí. He de admitir, que estos desmayos me venían de conveniencia a mí cuando había prueba y quería postergarla.

Llegó el día cuando por la emoción de saltarme una de estas pruebas, llevé al Pizarra a demasiada velocidad por el pasillo, y se me cayó por las escaleras. Y ahora mismo, estoy preso por homicidio.





Sin embargo, eso no tiene nada que ver con el Pizarra, quién se recuperó rápidamente tras el accidente y se volvió la pizarra parlante más exitosa del sistema solar. Enseñando diversas materias a millones de estudiantes alrededor del mundo. Además, se volvió uno de los luchadores más queridos de la WWE, destacándose por su popular frase: “Objetivo, fecha, actividad.” La que ha inspirado a millones alrededor del globo.

Ahora se encuentra en un tour por la paz mundial y muy pronto lanzará su primer single, llamado “Plumón Sharpie”. Ocasionalmente, me visita en la cárcel para enseñarme diversas materias, y a veces jugar juegos como el colgado o el gato, tal como solíamos hacer en clases. Todos los presos se amontonan alrededor de él y lo firman para ser llevados en su recuerdo, hasta el siguiente borrón. A día de hoy, Pizarra es la pizarra parlante más relevante del planeta tierra, pronto a ser enviado a explorar otros planetas para esparcir su infinita sabiduría.